El magnesio es el cuarto minera más abundante en el cuerpo humano y lo encontramos principalmente en los huesos.
Se aporta solamente a través de las comidas o suplementos.
Dentro de los suplementos, el más recomendado es el Citrato de Magnesio.
Este mineral es esencial para el funcionamiento de las células, los músculos, el cerebro y el corazón.
Obtenemos magnesio de las verduras de hoja verde (por la clorofila) como espinacas, los frutos secos y los cereales.
Es importante suplementar el magnesio, dado que actualmente no logramos obtener lo necesario de la alimentación, es por esto que la carencia de magnesio es una de las deficiencias nutricionales más frecuente que afecta a la población.
Signos de carencia de magnesio son la fatiga, dolores o calambres musculares, problemas para dormir, estreñimiento, etc.
El magnesio ayuda a calcificar los huesos, evitando así la osteoporosis.
También, el magnesio es esencial en la función eléctrica del corazón, como también en el músculo cardíaco. La suplementación de este mineral previene las enfermedades cardiovasculares.
El magnesio es también co-ayudante en el manejo de la diabetes.
Un nivel adecuado de magnesio nos ayuda a absorber más vitamina D, lo que es fundamental en múltiples funciones, esencialmente en el sistema inmunológico y en la calcificación ósea.
El magnesio nos ayuda en:
La síntesis de proteínas, que son fundamentales para la vida.
Eliminar sustancias tóxicas.
Regulación del metabolismo.
Evitar la osteoporosis y mejorar la calificación ósea.
Antidepresivo.
Relajante muscular.
Síntesis de proteínas.
Efecto tranquilizante.
Ayuda a bien dormir.
Efecto adelgazante.
Protector cerebral.
Propiedades depurativas y desintoxicantes.
Evita la formación de cálculos renales.
Ayuda a controlar la presión arterial.
Previene diabetes.
Estreñimiento.
contracturas musculares.
Calambres.
Se recomienda suplementar entre 500 a 2000 mg de Citrato de Magnesio al día. Una dosis de 500mg en la noche habitualmente es suficiente, según necesidad e indicación médica profesional.